¿Cuál fue la rabia desatada en el Carlos Vieco? Pataletas de ñoño y rabietas de adolescente, berrinche de una bandita ahí que se las da de mucho. Tan simple que es contar historia. Por allá en los años 80´s las bandas emergentes de Medellín, lo que incluía a GP, nos dimos una vuelta por el Pueblito Paisa o "Cerro Nutibara" como lo quieran llamar para tener reuniones del futuro del rock, nos agremiamos alrededor de un nombre singular que ya no recuerdo, pero no dudo que haya sido un "Asorock" o una "Familia Gato Negro" o cualquier otro invento genial de la época. Para serles sinceros, la única intención detrás de esa unificación, de ir detrás de ese gremio, era poder ocupar el Carlos Vieco Ortíz, un teatro en semitorta que se encuentra dentro de las instalaciones de dicho cerro y que era la zanahoria con la que nos arrastraban a reuniones largas y aburridas que no llegaban a nada. Luego de un tiempo en el que, si mal no recuerdo, Juan David Osorio de HDT, Tal vez Carlos de Neus y alguno de los de GP, que, seamos sinceros, era yo ─los otros no hacían nada y salían ganando porque no se enojaban, e igual, no les resultaba nada como a mí. Se ahorraban rabias y discriminaciones─ de estar reclamando una fecha para el usufructo del dichoso espacio, nos enteramos a golpes que simplemente se nos quería agremiar en un rebaño pacífico, porque a nosotros nunca nos han prestado esos espacios tan dignos de la ciudad de Medellín. Primero por ser bandas emergentes y segundo sin un peso claro en nada porque ni músicos, ni seres humanos, ni virtuosos y para colmo "punkeros". Es verdad que teníamos la mala fama de arrastrar vándalos y gamines a los eventos que terminaban destruyendo los espacios por una razón cualquiera. Similar pensaban los dueños de bares, medias tortas, grilles, fincas, discotecas y espacios que pudieran ocuparse con ruido para gritar alguna cosa. En fin que decidimos no volver cuando notábamos que a otras bandas de ese gremio si les prestaban su maldita semiconcha acústica. Yo les doy el ejemplo de "Frankie ha Muerto" o de "Neus". Les prestaban el espacio y tocaban allí sin más remedio ene mil veces y a nosotros nos carameliaban: "Oh si primero la organización y luego hacemos un evento con diferentes bandas para presentar sus propuestas...". Reconozco que no sé cuántos requisitos les pedían o si les pedían, como me dijo Luis Guillermo Evans de Alkoholemia hace poco que le pidieron para un evento gratis en tan magno espacio con la actual administración: Ambulancia, organización, Cartel y el contrato con terceros de la limpieza del espacio prestado y luego el consabido "dame tu correo... nosotros nos comunicamos... o mirá los requisitos..." Una bicoca, casi como presentarse a un Altavoz o a un Rock al parque: Declaraciones juradas y firmadas del nacimiento, la residencia y RUT actualizado con dossier, video y archivos y entregarles a estos ejecutivos, derechos de reproducción por dos años. En fin, qué sé yo, que nunca me he presentado como persona natural, ni lo pienso hacer. Lo resumo como lo dijo David Alkoholemia para que me entiendan "Uno que putas va a saber, entenderse con un maldito funcionario de la alcaldía...". El asunto es que sabíamos que ese espacio no podría ser violado por nosotros porque no cumplíamos requisitos mínimos y nuestros seguidores, si los había, eran bastante destructivos y por mi parte olvidé a esa asociación y me dediqué a otra cosa. Pase la hoja y volvamos a la actualidad. Los Sordos de Bogotá nos convidan a violar el Carlos Vieco y lo que yo les dije a los actuales miembros de Punkies y Cerebro fue esta clara dificultad de años atrás y que si los acompañaba pero que me reservaba lo que pudiera decir para no ir a gritar un par de verdades incómodas. Decidimos aceptar y sólo involucrar inicios fácticos ya programados y no mi palabrería cotidiana. Desde que llegamos nos trataron muy bien y hasta nos ofrecieron el espacio para un evento próximo sin más pedir, pero un mechudo del equipo de turiferarios me sacó del escenario sin más y hasta me increpó sobre unos bolsos y unas botellas que quedaron donde yo estaba, pero que no eran mías. Yo bajé a los camerinos ─dios mío qué camerinos, hermosos, relucientes, con baños y agua, pero en el sótano húmedo, frío y desapacible y a 50 escalones de distancia─ y luego me retiré a un lado del escenario a ver tocar a dos bandas por casi una hora cada una. Los Sordos, por muchas razones que aquí no interesan, no iban a aparecer y Camilo R. quedaba a cargo de ejecutar el evento y darlo por terminado por lo que supusimos que podríamos tocar más de lo previsto que llevábamos repertorio para 45 minutos. Lo gracioso es que el mismo mechudo a mi izquierda le dice a Camilo que nos quedaba una canción en escena, cuando habíamos tocado dos canciones y... ya saben: "Bájenme hijueputas, apáguenme". Esperar 30 años para acostarse con una puta exigente que lo echaba a uno de su cama sin terminar fue un exabrupto y que a pesar de todo no reconocía a sus gestores, a quienes les habían abierto las puertas de su popularidad por segunda vez, aunque del General Carlos Vieco no supiéramos un maldito carajo. Eso fue lo que me llenó el vaso y así lo expresé. Lastimosamente toda esa rabia contenida no tenían porque conocerla los presentes, deberían al menos conocer historia del rock nacional si lo que pretenden es atender un evento con las "celebridades locales". Mejor dicho, deberían respetar a todos por igual, desde el asistente drogado hasta el raponero que entró a ver que ganaba. Desde la farándula neta de asistir para ver una banda internacional hasta el viejo mechudo que solo quería expresarse y echarse unas canitas al aire.
PS: Mederock se llamaba esa farsa, para nosotros, que sólo unos pocos pudieron disfrutar. He de suponer que las bandas que lograban acceder al espacio consideraban tal asociación como una bendición del señor.
PS 2: Tranquilos, igual nos ha pasado con "La casa Teatro", "El cerro del Ángel", El Ateneo Porfirio Barba Jacob, La Plaza de Toros, El estadio y cientos de bares donde, después de haber hecho una presentación, siempre nos han dicho: ¿punkeros? !Nunca más¡
PS 3: Reconozcamos que en el Ángel tocamos en más de tres oportunidades, En Madre Monte nos han abierto la puerta esa misma cantidad de veces y Bbar en Bogotá y Jail House Rock han sido lugares que nos han abierto sus puertas en más de una ocasión.
PS 4: Debo decir que el Carlos Vieco estaba muerto. En los años 80's vi huir a Elkin Ramírez de ese escenario mientras lo abucheaban y le arrojaban piedras y botellas, no por malo, por vendido. El Carlos Vieco entró en decadencia y hoy lo avalan algunos grupos locales con las mil y una exigencias de los representantes "rockeros" de la alcaldía. A eso me refiero con que fue el rock quien lo llevó a este segundo resurgir como escenario en boga.
PS: Si, lo del "General Carlos Vieco" es una broma sincera.