miércoles, 21 de diciembre de 2022

NOSOTROS MISMOS (A TI SOCIEDAD PARTE IV)

 Si, yo sé que si quieren buscar esta letra entera en el libro de Albert Camüs, allí la encuentran enterita. Hice de Ibañez y sólo le puse una musicalización con poca profundidad. La idea siempre fue mostrar a los proscriptos y que mejor que el mismo proscripto, acusado de no tener sentimientos por no llorar el día de la muerte de su madre y volársele un disparo cuando una gota de sudor le rodaba al ojo y matar un árabe. De nuevo fue esa acampada a "Las cavernas del Nus" entre 1993 y 1994, aunque iba muy continuamente a esa zona durante mis años mozos, con un libro prestado. Yo lo tomé como tomaba cualquier otro libro, sin ninguna expectativa, pero muy pronto me encontré en ese escenario de "The Cure" y me sentí identificado con el hombre acusado por una sociedad moralista, no hasta el extremo de la pena de muerte, peor, condenado a la pena de vida y de tener que soportarla. Encontré la magia en él y no pude olvidarlo. Fue al volver de ella que le dije a los chicos que componían a GP en esa época que haríamos una visión de los proscriptos desde los proscriptos y los conminé a escribir canciones sobre ello y dejamos el trabajo que ya casi teníamos listo de "Pintura de Guerra" para más luego. Todos los que me siguen y han leído mis textos saben el resultado, solo yo compuse estas letras y cada idea se enfrentaba al juicio de los demás y debió sufrir el escarnio y el juicio de los otros integrantes. Claro que yo venía con un combo de esas canciones, por lo menos con un poco de frases de ellos, de Milán Kundera, de Vargas Vila, de Ortíz Betancur, de García Márquez y como no, de Camüs: "Que me importa la muerte de otros, a mí que me importa tú dios, las vidas que uno escoge, los destinos que uno elige. Ya un destino me escogió a mí y conmigo a muchos privilegiados que como tú se llaman hermanos míos, así todo el mundo es privilegiado" No estando mal, esas frases las pronuncia cuando trata de asfixiar al sacerdote que quiere llevarle la confesión. El sacerdote se va triste, Mersault ya lo era y aunque buscaba escapar del destino sabía lo poco importante que ese destino era. Frente al prelado que trata de calmarlo y de decirle lo privilegiado que es, Mersault se encoleriza más y le grita: "Privilegiado no porque a ti, también te condenarán un día, a otros les condenarán acusados de una muerte o tal vez por no llorar, que me importa porque te condenen serás un condenado y así un privilegiado". Y, luego de la cólera que le acaeció,  "Pero yo creo que esta tremenda cólera me ha logrado purgar del mal del odio. Me ha vaciado de esperanzas y comprendo ahora muchas cosas, veo la tierna indiferencia del mundo tan semejante a mí, tan fraternal" "La veo tan fácil, de redefinir porque es tan odiada como nosotros mismos." he de suponer que la última parte la puse yo para acomodar la canción y mostrar como esta sociedad criticona de mierda era exactamente igual que lo que nos criticaba y que nosotros abusábamos de sus virtudes, pero que en nosotros nunca se vieron como virtudes. ¿Nos vi a nosotros en ese dilema del sacerdote que nos ofrece confesión? ¿Sentí que me era imposible perdonar a esa sociedad que nos miraba por encima del hombro? Claro, la identificación fue inmediata, acepto que nosotros mismos somos culpables de lo que nos toca vivir, no por ello hay "perdón y olvido". Creo que la ira y la rabia son necesarias, sino para cambiar al mundo, por lo menos para gritarle que nos sentimos pisoteados. Lo fraternal de ver al enemigo como un amigo al que le caemos mal. Yo solamente llevé la voz de ese proscripto. No me arrepiento.

PS: "Lloramos al nacer porque venimos a este inmenso escenario de dementes" dice William Shakespeare. Yo empato para que la canción quede incluida: "y nos encontramos con Nosotros mismos."

PS 2: Si hablamos de proscriptos García Márquez no lo era, pero una frase magnífica en "El amor en los tiempos del cólera" me haría incluirlo "No hay ley ni humana ni divina que me prohíba cagarme a gritos en esta sociedad de mala madre que no repara en pisotear a los demás".

PS 3: Me volví adicto a Camüs y encontré "La peste", "El estado de sitio", "El malentendido", "Calígula" de los que luego haría también canciones de sus frases duras y hasta presentaciones para mis acústicos en vivo y del que recuerdo otro final pasmoso: "Y que un día, dios, para venganza y enseñanza de los hombres, despierte a sus ratas y las mande a morir a una ciudad dichosa como la vuestra."

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